Hoy vamos a hablaros de los cuidados complementarios para mimar al completo nuestro cabello. 

Desde siempre hemos creído que con utilizar un buen champú y complementarlo de vez en cuando con un buen acondicionador o mascarilla es suficiente para tener un pelo increíblemente sano, brillante y bonito.

Efectivamente, la salud capilar depende de entre un 70-80% de la elección de un buen tratamiento capilar. Pero, ¿por qué no optar al 100%?

Por lo general muchas marcas no suelen hacer hincapié en que sepas lo que a continuación vamos a contarte, ya que si te pueden hacer creer que solo necesitas productos y tratamientos, mejor será para ellos.

Nosotras al contrario, queremos que aprendáis a utilizar y exprimir vuestros recursos. Os comentaremos todo lo que sabemos sobre el proceso del cuidado del cabello diario y que más cosas puedes hacer para contribuir a tener una melena radiante y bien cuidada.

¡Disfruta de la lectura!

A veces tenemos tantas cosas en la cabeza que nos olvidamos de lo que verdaderamente está siempre ahí, nuestro pelo.

Andar con prisas, corriendo de aquí para allá con un moño despeinado y chapucero hacen que no nos demos cuenta de todo el potencial que podemos sacarle a nuestro pelo con tan solo unos pocos truquillos. A continuación os comentamos nuestros mejores consejos para optimizar vuestros recursos a la hora de cuidar el cabello.

1- La importancia de higienizar los utensilios.

Te impactaría saber la de bacterias y células muertas que te estás dejando tras el cepillado, con un peine al que a penas prestas atención.

Muchas veces está lleno de pelos, polvo y células muertas, de ahí la importancia de que los peines y cepillos estén como nuevos cada vez que los vamos a utilizar. Es fundamental mantenerlos limpios.

Tras haber quitado los restos de pelos que puedan haber quedado, de ser posible, sumerge los cepillos y peines en una olla bien limpia con agua hirviendo y tenlos al menos 5 minutos. Así estarán perfectos y listos para peinarte sin dejarte ningún residuo en el pelo.

De la misma manera, es importante que desinfectes otros aparatos como la parte trasera del secador (por donde se filtra el aire), planchas, rizadores… etc, así no contribuirás a apagar tu brillo natural y ya estarás sumando un 10% más a la salud de tu cabello.

2- Creo que me lavo bien el pelo, ¿O tal vez no?

Humedecerse la cabeza, esparcir el champú, aclarar y listo. Así ha sido siempre la forma más habitual de lavarse la cabeza, pero, ¿sé puede mejorar? ¡Claro que sí!

Los conocemos bien, esos son los pasos correctos, ¡pero cada paso tiene su miga! 

Por ejemplo, es importante que la temperatura del agua no esté excesivamente caliente, ya que el calor daña tanto el folículo piloso como la fibra capilar. De hecho, en verano y siempre que puedas, lávate con agua fría. Tu pelo te lo agradecerá tremendamente, ya que estás estimulando y despertando con fuerza la raíz capilar. 

Una vez corregida la temperatura debemos aplicar el champú, esto es muy sencillo; con la cantidad justa, debemos masajear despacio, sin dar tirones y siempre con las yemas de los dedos, nunca con las uñas. Este masaje es muy importante, ya que estimulará la raíz del cabello y proporcionará más brillo y fuerza.

Siempre se debe masajear con movimientos circulares por toda la cabeza e insistiendo en las zonas más grasas como la nuca, las patillas y el flequillo.

También es súper importante dejarlo actuar unos minutos antes de aclararlo para que dé tiempo a que se absorban los activos del champú.

Cuando haya transcurrido el tiempo, habrá que aclararlo concienzudamente pero con delicadeza para no dejar restos de jabón.

3- ¿Secado al aire o con secador?

Casi siempre nos echamos la toalla a la cabeza y cuando acabamos de vestirnos nos escurrimos bien el pelo y seguido al secador, con máxima potencia.

Bien, pues eso es lo que no hay que hacer.

Primero, está bien que se quite la humedad con una toalla, pero siempre sin dejar cubierta la cabeza por completo, ya que no la dejamos respirar y por muy poco tiempo que sea, es muy perjudicial para nuestro pelo.

Tampoco es bueno cepillarse con el pelo mojado y mucho menos rápidamente y con fuertes tirones. 

Cuando el pelo está mojado es mucho más flexible y elástico por lo que si lo estiras de más puedes cederlo y luego aparece ese “efecto frizz ” que tan poco nos gusta.

Por lo que cómo íbamos diciendo, debes secarlo con cuidado ayudándote con una toalla y al aire hasta que éste deje de gotear.

Luego se puede secar con el secador pero a temperatura media (aunque haya que estar más tiempo, merece la pena).

Y recordad, secar siempre en una única dirección. Ya sea boca abajo o no, el secador siempre tiene que apuntar hacia la misma dirección para no formar enredos ni nudos, ya que luego desenredarlos acaba agotando nuestra paciencia y provoca mucho encrespamiento.

4- A la hora de dormir.

Parece tarea complicada cumplir con todos estos requisitos, pero créenos cuando te decimos que es muy muy fácil.

Hay quien duerme con el pelo recogido para no despertarse con “pelos de leona”, pero la mejor opción de todas es, en la medida de lo posible, cepillarse el pelo de raíz a puntas antes de dormir y dejárselo suelto y hacia atrás, es decir, por encima de la almohada. 

Si lo pillamos con la espalda y nos movemos mucho, además de enredarse, puede doblarse y si lo tenemos frágil las puntas pueden quebrarse. Por eso, sí te mueves mucho, puede que la mejor opción sea hacerse una coleta baja flojita y ladeada.

¡Y hasta aquí llegan nuestros truquitos para conseguir potenciar las virtudes de nuestro cabello!

Esperamos que os sea de utilidad y que los pongáis en práctica para que luzcáis un pelazo.

¿Tú también tienes algún truquillo que te funcione?

¡Estamos encantadas de que nos lo cuentes y poder seguir aprendiendo más!